¿Es posible enamorarse de un retrato? Así empieza a creerlo Aedan Arthur MacBride, barón de Drunndenan. La belleza de la princesa dormida, protagonista de una hermosa leyenda celta capturada para siempre en un lienzo, le obsesiona desde hace años. Por eso apenas da crédito a sus ojos cuando llega a su mansión Christina Blackburn, una joven investigadora, tan hermosa como inteligente, enviada por el museo para unos trabajos arqueológicos en la zona. Porque aquella seductora mujer es la misma que posó, seis años antes, para el cuadro que ahora cuelga en su habitación. La misma mujer, pero con un extraño velo de tristeza en los ojos: para Christina, aquel cuadro es un recuerdo de una época de amor y tragedia, de inocencia y de pérdida, que la marcó para siempre. A su pesar, ahora ha de enfrentarse de nuevo a aquel cuadro maldito y, lo que es más peligroso todavía, a su tremendamente atractivo nuevo dueño.