El mundo placentero de Imogen, hija del señor de Carrisfod, se desmorona una noche cuando la violencia y la muerte irrumpen en su castillo. Muerto su padre, conquistada su tierra, Imogen se convierte en el más preciado botín de guerra: cualquiera que se case con ella se convertirá en el más poderoso señor feudal. Imogen necesita un defensor, y la única elección segura es la del bastardo FitzRoger. Un hombre fuerte y un gran luchador, pero cuya rudeza y falta de miramientos lleva a Imogen a pensar que, quizás, ha reemplazado a un monstruo por otro igual de terrible. Mientras se acerca la batalla, la joven no sabe si el temblor que sacude su cuerpo cuando él está cerca es fruto sólo del miedo, o de algo muy diferente que nunca había experimentado...
ELLA NECESITABA UN DEFENSOR...
Cuando la gente se refiere al Tesoro de Carrisford, no sólo habla de las joyas y el dinero, sino de la joven y hermosa Imogen, más conocida como La Flor del Oeste. Una auténtica flor de largos cabellos, criada entre sedas, a la que su padre ha mantenido toda su vida lejos de la violencia y el sufrimiento de una época cruel y de un país en convulsión. Sin embargo, cuando todas sus comodidades desaparecen de un plumazo y se enfrenta sola ante el mundo y el horror de la guerra, descubre una fuerza interior que no creía poseer. Una fuerza que le permite pactar con un guerrero fuerte y autoritario como ninguno, pero en el que ella adivina, detrás de aquella fachada, un atisbo del hombre con el que sueña para salvarla del abismo.
¿PER CÓMO PODRÍA CONFIAR EN ÉL?
El precio que ha pagado FitzRoger por su castillo y sus tierras no ha sido pequeño. Bastardo del señor Roger de Cleeve, tuvo que superar torturas de su propio padre y ganarse la vida como mercenario y luchador en torneos hasta conseguir respeto, riqueza e incluso la amistad del rey. Para todos, es un hombre duro e impasible, cuya ira nadie osa afrontar. Pero aquella dama que llega un día a su castillo implorando ayuda, vestida con harapos, puede ser la primera que vea a través de su máscara hasta encontrar al auténtico FitzRoger. Si logra casarse con ella, el bastardo conseguirá un poder sin precedentes. Sin embargo, por una vez, intuye la sombra de un sentimiento que puede interferir en el cumplimiento de sus objetivos.