Busca una lupa grande y descubre con el rey de las cosas pequeñas qué pata de la realidad es la que cojea hoy.
¿Qué habría pasado si el hombre no hubiera inventado las armas? Pues nada, porque no las inventó el hombre, las inventó Dios. Estaban Adán y Eva en el Paraíso, sin inventar armas ni nada, comiendo manzanas, por hacer algo original, y va Dios y manda un ángel con una espada de fuego. Los pobres Adán y Eva no tenían ni idea de lo que era aquello. «¿Qué es eso, Eva?», «Es un arma.», «Ya, pero ¿es un arma blanca o un arma de fuego?».
De repente alguien dice: «Yo soy un amante de los animales. Me gustan los pájaros: voy a meter uno en una jaula». Luego, al verlo, se siente culpable y dice: «Pues... voy a ponerle un columpio». ¿Un columpio a un canario? ¡Pero ¿no ves que no tiene brazos?! Es como si le pones una guitarra y le dices: «¡Hala! Además de cantar, toca».
Pablo Motos ha dicho...
«Si es un hecho innegable que los mejores cómicos son los que sacan las ideas del corazón y del alma, pasa página y compruébalo.»