No conozco personaje más limpio que una madre, ni corazón con más capacidad de amar que el corazón de una madre. En estas palabras se resume toda la justificación sentimental que llevó a Maksím Gorki a convertir a Pelagia Nílovna Vlásova en una de las protagonistas más universales de la literatura r...
No conozco personaje más limpio que una madre, ni corazón con más capacidad de amar que el corazón de una madre. En estas palabras se resume toda la justificación sentimental que llevó a Maksím Gorki a convertir a Pelagia Nílovna Vlásova en una de las protagonistas más universales de la literatura rusa. Una protagonista con su trasunto de carne y hueso: la ciudadana Anna Kirílovna Zalómova, madre del obrero metalúrgico Piotr Zalómov, arrestado por la policía zarista mientras participaba el 1 de mayo de 1902 en la primera manifestación obrera que se celebraba en Sórmovo, una pequeña población de la región de Ivánovo, en el centro de la Rusia europea. La madre es el relato pormenorizado de cómo una víctima, Pelagia, una vieja de cuarenta años, una mujer apaleada por su marido y embrutecida por el trabajo doméstico, un ser simple, ignorante y resignado a su sino (porque su alma, como ella misma reconoce, estaba claveteada como una vieja casa condenada al derribo), es capaz de romper los dos lastres psicológicos que la atan a su condición de paria social -el miedo y la resignación- y convertirse en una combatiente por la libertad, en un sujeto activo de la Historia.