Todos sabemos que existen dos tipos de realidades en torno a las cuales giran nuestras vidas, una «externa», mezcla de estímulos externos y construcción cerebral, y otra «interna», a la que no tenemos acceso conscientemente pero que no por ello deja de influir sobre nosotros, una realidad a la que a...
Ancho:
125
cm
Largo:
190
cm
Peso:
182 gr
Descatalogat
11,95 €
Descripció
Encuadernacion :MobilPocket
ISBN :978-84-7423-932-4
FechaEdicion :01/04/2009
AñoEdicion :2009
Idioma :Español, Castellano
Autores :RUBIA, FRANCISCO
NumeroPaginas :224
Coleccion :DRAKONTOS BOLSILLO
Todos sabemos que existen dos tipos de realidades en torno a las cuales giran nuestras vidas, una «externa», mezcla de estímulos externos y construcción cerebral, y otra «interna», a la que no tenemos acceso conscientemente pero que no por ello deja de influir sobre nosotros, una realidad a la que aquellas personas que han accedido a ella opinan que es mucho más real que la propia realidad cotidiana del mundo exterior. De esta segunda realidad, interna, trata este libro, escrito desde la ciencia ,pero de una ciencia sensible e informada acerca de todas esas creencias y testimonios que habitualmente englobamos bajo el calificativo de «misticismo», de «búsqueda del éxtasis». Una búsqueda que, por lo que sabemos, parece confundirse con los propios orígenes de nuestra especie, el Homo sapiens, y que se ha extendido por todo tipo de culturas, religiones y lugares.
¿Cual es esa base neurobiológica de la experiencia mística?, ¿existen en el cerebro estructuras que producen la experiencia de trascendencia?, ¿existen en la psique estructuras cuya activación nos pone en contacto con lo que muchos denominan «divinidad»?, ¿es posible activar, si es que existen, esas estructuras de forma natural y no mediante drogas?, ¿tiene sentido, como se está haciendo últimamente en Estados Unidos, hablar de «neuroteología»? Estas son algunas de las preguntas que estudia en La conexión divina el profesor Rubia, para quien si toda experiencia tiene su base cerebral, entonces también la tiene que tener la experiencia de éxtasis o trascendencia.