En discursos y artículos, en novelas y ensayos, en biografías y diarios, en entrevistas y cartas, Manuel Azaña dejó una obra variada e inmensa que ha sufrido, como su misma figura, largos años de desprecio y destierro hasta su lenta e intermitente recuperación. Quedaba aún por realizar la recopilaci...
En discursos y artículos, en novelas y ensayos, en biografías y diarios, en entrevistas y cartas, Manuel Azaña dejó una obra variada e inmensa que ha sufrido, como su misma figura, largos años de desprecio y destierro hasta su lenta e intermitente recuperación. Quedaba aún por realizar la recopilación de toda su obra escrita y hablada como un flujo continuo que arranca con sus textos juveniles y culmina en sus cartas del exilio. Esta nueva edición recoge cientos de páginas de discursos desconocidos, completa las series de artículos publicados en diversos diarios y revistas, reproduce la totalidad de sus diarios y da a conocer la obra inédita de quien mejor representó la ambición reformadora de la República y nos legó el testimonio más desolado de su cruel e inmerecido destino. Vol. VI: Julio de 1936ó agosto de 1940 En septiembre de 1936, Azaña sufrió un desfallecimiento que le alejó del gobierno. En 1937 volvió a tomar la palabra en el primero de sus cuatro discursos de guerra. En él y La velada de Benicarló está resumida su misión de la guerra como hecho español. Defendió un plan de paz que nadie secundaba. Exiliado, dimitió de la presidencia en 1939 y escribió sus últimas reflexiones sobre la Guerra Civil.