Mario Martín Gijón parte de la descripción del intelectual clásico, que tiene su origen en la Ilustración ycristaliza a finales del siglo XIX, para presentarnos a su antagonista. Si el intelectual es aquel escritor, filósofo ocientífico de prestigio que sale de su ámbito profesional para adoptar una...
Ancho:
155
cm
Largo:
232
cm
Peso:
630 gr
Descatalogat
26,00 €
Descripció
Encuadernacion :MobilPocket
ISBN :978-84-9006-123-7
FechaEdicion :01/10/2011
AñoEdicion :2011
Idioma :Español, Castellano
Autores :MARTIN GIJON, MARIO
NumeroPaginas :400
Coleccion :ONFI
Mario Martín Gijón parte de la descripción del intelectual clásico, que tiene su origen en la Ilustración y cristaliza a finales del siglo XIX, para presentarnos a su antagonista. Si el intelectual es aquel escritor, filósofo o científico de prestigio que sale de su ámbito profesional para adoptar una posición pública comprometida, ¿qué es el (anti)intelectual? Según Sartre, el "falso intelectual" es una figura promovida por la clase dominante para defender su ideología mediante argumentos que pretenden ser rigurosos. A diferencia de los intelectuales, que actúan siempre con un determinado riesgo y compromiso con la verdad, a los (anti)intelectuales les falta la decisiva autonomía e independencia respecto al poder, y se convierten en propagandistas al servicio de las ideologías de derechas. Por el contrario, los intelectuales críticos fueron identificados con las izquierdas ya desde antes de la toma de posición de Zola en el caso Dreyfus, y han estado por ese motivo en el punto de mira de los defensores del status quo. El presente libro ofrece un original y necesario análisis histórico de la España del siglo XX a través del papel que jugaron sus pensadores de derechas: Desde Ernesto Giménez Caballero y los miembros de Acción Española a Federico Jiménez Losantos y su pléyade de seguidores periodísticos, los (anti)intelectuales de este país se han caracterizado por apoyarse en el poder estatal y, muy a menudo, también en la Iglesia. Por otra parte, la (anti)intelectualidad española ha pretendido desde sus inicios demoler la definición propia de intelectual, adjetivo que ha observado siempre con desprecio e irritación. Son, paradójicamente, intelectuales que niegan la legitimidad de esta figura, por lo que el autor ha acudido al término, ortopédico pero significativo, de (anti) intelectuales.