¿Los políticos nos manipulan? ¿Nos influyen? ¿O simplemente detectan nuestras necesidades e intentan cubrirlas? ¿Usan la neuropolítica para ello? En realidad los tres términos hacen referencia a lo mismo y lo único que cambia es la connotación positiva o negativa que le queramos dar. Los seres huma...
¿Los políticos nos manipulan? ¿Nos influyen? ¿O simplemente detectan nuestras necesidades e intentan cubrirlas? ¿Usan la neuropolítica para ello? En realidad los tres términos hacen referencia a lo mismo y lo único que cambia es la connotación positiva o negativa que le queramos dar. Los seres humanos tenemos una serie de necesidades que debemos cumplir y tomaremos nuestras decisiones a favor de aquellas alternativas que nos lleven lograr nuestro objetivo. Si algún político o cualquier otro sujeto satisfacen nuestras necesidades con el interés de influirnos o manipularnos, bienvenida sea esa manipulación. Si ya hemos visto algunos de los métodos más utilizados para conseguir tu voto, como los efectos goggle, halo, diablo y manada, lo cierto es que el repertorio de técnicas utilizado para conseguir influir en las decisiones de los demás es mucho más amplio. La neurociencia y concretamente la neuroeconomía, una rama de la primera para el estudio de toma de decisiones, está consiguiendo aflorar una gran cantidad de métodos para influir en la elección de los votantes.