Quizá el hecho más destacado de la biografía de Juan Creix sea haberse convertido en el único mando de la policía política dictatorial depurado antes de la muerte de Franco. En los estertores de la dictadura, los sectores moderados del régimen necesitaban posicionarse para el pacto inevitable de la ...
Quizá el hecho más destacado de la biografía de Juan Creix sea haberse convertido en el único mando de la policía política dictatorial depurado antes de la muerte de Franco. En los estertores de la dictadura, los sectores moderados del régimen necesitaban posicionarse para el pacto inevitable de la Transición, y el comisario Creix constituía un grave problema: era el arquetipo de la represión contra esos demócratas con los que tendrían que entenderse en un futuro próximo. La reacción de Creix se encuentra en este libro: escribe una larga carta en la que relata sus servicios al régimen y la envía a quienes pueden ayudarle en el más penoso trance de su vida. En ella traza una completa historia de la represión a modo de biografía epistolar y da cuenta de sus operaciones más importantes: en Cataluña detenciones de comunistas y anarquistas y destacadas operaciones contra el movimiento obrero y estudiantil; en el País Vasco arrestos de los miembros de ETA que han matado a Melitón Manzanas, su antecesor, sentando en el banquillo a los encausados en el Proceso de Burgos; en Sevilla, adonde le llevan sus éxitos en Euskadi como jefe superior de Policía de Andalucía, se ha enfrentado a Comisiones Obreras y a un notorio delincuente común: el Lute. Su carta es un testimonio excepcional que ha permitido a Antoni Batista trazar un bosquejo de la durísima represión sufrida por quienes se enfrentaron a la dictadura y un retrato psicológico del que fue uno de sus principales comisarios. Más allá de un ajuste de cuentas, se trata de una crónica histórica esencial para comprender las tensiones de un régimen en descomposición.