En este sorprendente ensayo-gráfico (que bebe tanto de la estética del Monthy Pyton Terry Gilliam como de la filosofía de los míticos Escritos subnormales de Manuel Vázquez Montalbán o del mundo del film Freaks de Tod Browning), se recogen parte de los principales y más significativos textos del blo...
En este sorprendente ensayo-gráfico (que bebe tanto de la estética del Monthy Pyton Terry Gilliam como de la filosofía de los míticos Escritos subnormales de Manuel Vázquez Montalbán o del mundo del film Freaks de Tod Browning), se recogen parte de los principales y más significativos textos del blog y de los diarios de Arcadi Espada aparecidos en El Mundo sobre la cuestión independentista catalana, y ello en jocosa reinterpretación de la artista gráfica Ana Cortils. El año de la independencia, de la historia reinventada, del delirio nacionalista, visto ya no como la plaga de la peste histórica, sino bajo el prisma circense o el de una ?parada de monstruos?. Como dice el propio Espada: ?Vuelvo hoy 11 de septiembre a Cataluña, después de varios años. Las razones no tienen misterio; como dijo Defoe: ?por las particulares circunstancias de mi vida y en atención a la seguridad que debo prestar a mi negocio?. Volver en uno que no se ha ido podría tener su delirio. En absoluto. La circunstancia física es irrelevante. Hace más de diez años que no me ocupo de los asuntos ni de los personajes locales. Las primeras impresiones del regreso son pura parada de monstruos. En esa vuelta me espera una variada cadena de monstruos físicos y morales. ¡Y el primero el mío, no me pillaréis, mendrugos, que gasto peluca! I am the master of my fate, I am the captain of my soul. Cincuenta motivos para abandonar Liliput. Cataluña, Espanya, qué más da. Miro al cielo, henchido de cometas. Un lugar, cualquiera, en el mundo donde por fin ser emigrante con razón. Fue soltar amarras y empezar a crecer. Pasan los años y una pesadilla se repite: vuelvo a Barcelona. Pasan los años. Y ya estamos en el año de la Peste. Y he vuelto, joder?. Un libro gráfico tan desternillante como ácido, que hace buena la máxima ?marxiana? de que ?la historia se repite dos veces: la primera como tragedia, la segunda como farsa?.